Ya han pasado 10 años desde la fundación de betahaus Barcelona. Diez años en los que pasamos de ser un edificio en ruinas con 20 valientes dentro, a una comunidad de más de 650 profesionales creativos, trabajadores en remoto y emprendedores de más 35 nacionalidades diferentes.
Estas son nuestras conclusiones de cómo el Coworking ha cambiado nuestras vidas y las razones básicas por las que seguimos introduciendo más servicios y mejoras para adaptarnos al futuro (ya presente) del trabajo.
1. El coworking te cambia la vida porque te hace más productivo.
Cualquiera podría decir que si estás sólo, en tu casa, sin más que tu ordenador y tu perro (o gato), no hay sino otra consecuencia más que la productividad. Nada más lejos de la realidad. La posibilidad de encontrarte a ti mismo en pijama, sin ningún atisbo de buenos modales y procrastinando con cualquier video de youtube que se te cruce son extremadamente altas.
La primera impresión que la mayoría de la gente tiene la primera vez que viene a betahaus, es que no podrá concentrarse. Muchas personas temen que en un entorno de unas 150 personas (de las cuales el 85% son altamente sociables), la tranquilidad y ‘el foco’ sean términos que no se visitarán usualmente. La conclusión a la que llegan es completamente lógica: a +gente, +distractores.
En el tiempo que llevamos abiertos, hemos comprobado en contra de toda lógica, que la gente es mucho más productiva trabajando en un entorno más sociable y concurrido, que en su casa, por el simple hecho que ver a otros trabajar, nos inspira a trabajar.
Trabajando en un coworking la inercia que se genera entre todos los que están en la sala, posibilita que todos den ese ‘poquito’ más que la productividad requiere. Muchas veces me he visto agotado, a punto de abrir ese video viral, y al levantar la cabeza y ver a otras personas concentradas, enfocadas en lo suyo, te hace automáticamente volver al trabajo, cuanto menos por vergüenza para no desentonar con los demás.
2. En un coworking te vuelves más culto
Uno de los efectos colaterales que más nos gusta de trabajar en betahaus es la cantidad de información valiosa con la que estoy en contacto a diario. Una informal charla en el Café se convierte en el inicio de una nueva ruta a ser caminada. En este último año conocimos en profundidad, a través de nuestros miembros, el movimiento maker, el crowdfunding, nuevas herramientas de marketing, conocí autores nuevos, practiqué mi inglés, mi alemán, y comencé a sentir una atracción por el japonés, charlé con personas de al menos 40 nacionalidades diferentes y con backgrounds culturales fascinantes.
Esa pequeña torre de babel de 6 pisos que es betahaus se ha convertido en una inacabable fuente de información que no hace más que generarte una visión más amplia del mundo.
3. En un coworking puedes poner a prueba tus ideas.
Uno de los mayores problemas que tiene un emprendedor es tener la posibilidad de validar su idea de una manera eficiente y rápida. La realidad es que la mayoría de los emprendedores se mueven en ambientes académicos o bien en ambientes ‘no emprendedores’. Ambos lugares son sitios pésimos donde ir a validar conceptos, principalmente por la exclusiva razón que no podemos esperar un feedback adecuado de las personas inadecuadas. En cambio, trabajando en un coworking, cualquier charla trivial a la hora de comer puede volverse en un feedback de lo más valiosísimo. Sobre todo porque los emprendedores nos solemos creer un tanto únicos y es bueno comprobar rápidamente que tu idea no es tan disruptiva como creías, y eso, te anima a superarte y darle una vuelta más a las cosas. Por eso, para un emprendedor, nada mejor que un ecosistema variopinto de nacionalidades, conocimientos y culturas.
4. En un espacio de coworking tu vida social mejora
¡Y es más rica! ¿Qué puede ser mejor que convivir a diario con docenas de personas de países y culturas diferentes? No solo como dijimos antes, que te vuelves ‘más culto’, sino que además siempre hay un plan para hacer. Para mí hacer coworking no termina en el momento en que te vas del espacio, sino es más bien una actitud que perdura a lo largo de la semana cuando terminas tomándote una birra o asistiendo al cumpleaños de algún miembro de la comunidad.
Lo que más me gusta de betahaus es que siempre hay un plan. Siempre hay alguien dispuesto a ir por esa caña o hacer una travesía en bicicleta por el campo.
5. Eres más feliz
Porque al final de eso se trata. Los que tenemos la suerte de hacer lo que nos gusta y nos cuesta distinguir la línea de lo que es ‘trabajo’ y lo que ‘ocio’, sino que más bien vemos los términos en de manera amalgamada, ir todos los días a trabajar al espacio de coworking no puede hacerte más que feliz. Allí está (casi) todo. Mi trabajo, mis amigos, mi fuente de información, de diversión.
Durante todo este tiempo hemos vivido rupturas sentimentales, hemos encontrado nuevos amigos, también socios para nuestras ideas y emprendedurias. Hemos celebrado cumpleanos, bodas y tambien algun que otro funeral.
Si, de esto va la vida, solo tenemos una y vale la pena vivirla con intensidad y plenitud. Dar lo mejor de uno mismo cada dia rodeado de gente buena y con talento.
Es por eso que creo fervientemente que el coworking te cambia la vida.